¿Mejor invertir en SurBtc que en Bitcoins?

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Por: Jorge Eduardo Castro Corvalán

Fed y bitcoin

Hace un par de semanas, antes de que se pronunciara la FED el 13 de diciembre, comenté en mi muro de facebook que para mi habría sido mejor invertir en el 2018 en Surbtc que en bitcoins.  Este comentario lo hice precisamente antes del pronunciamiento de la FED porque durante todo el 2017 hemos venido revisando con Juan Felipe Cuellar, mi socio en muchisimos temas,  y mis estudiantes en La Ceja,  la relación del Bitcoin con los pronunciamientos de la FED, la premisa es muy sencilla y clara desde la teoría económica pero en especial desde la Escuela Austriaca: el fortalecimiento del dólar implica la disminución del valor nominal de muchos bienes y activos especialmente si tienen una alta transabilidad global.

Ante el fortalecimiento del dólar lo que muchos ven es la «caída» de los precios, pero no el aumento en la capacidad de poder adquisitivo de la moneda fiat más usada en el planeta, y eso es especialmente importante porque durante mucho tiempo y de manera muy intensa se debilitó el dólar. Ahora bien como los precios son relativos un cambio en el poder aquisitivo del dólar no implica lo mismo para todas las monedas, bienes o activos. El caso más radical es la «caída» de los precios del petroleo, que fue en el mercado que quizás mejor se reflejó el cambio de política monetaria de la FED, pero en diferentes tasas de cambio los efectos también fueron importantes, el peso colombiano por ejemplo resintió con inflación primero y tasas de interés después el cambio de partitura del dólar.

Con eso en mente y ante la probabilidad de confirmar la subida, leve, pero subida, de las tasas de la FED era previsible un fortalecimiento del dólar frente al bitcoin, intensificado como me señalaba Juan Felipe, por los efectos de tomas de ganancia y planeación tributaria de fin de año, y por lo mismo la corrección era de esperarse, salieron del mercado las manos más ágiles, recogiendo ganancias maravillosas, y las manos más nerviosas, autoconfirmando sus miedos con pérdidas culposas.

mejor surbtc que btc

Hacer dinero y hacer fortuna

Lo anterior contextualiza la razón del momento de lo que afirmé pero no lo que afirmé. ¿Por qué habría sido mejor invertir en Surbtc que en bitcoins en el 2016?… especialmente cuándo el 2017 fue tan impresionante para el bitcoin!!!! La explicación corta y directa es: muchísimos harán dinero con las criptomonedas pero solamente algunos harán verdaderas fortunas.

El ejemplo más visible de lo anterior es lo sucedido con los famosos hermanos Winklevoss, los que demandaron a Zuckerberg por robarles la idea de Facebook, que fueron declarados los primeros billonarios del bitcoin, invirtieron hace 4 años USD$ 11 millones cuando el BTC estaba a USD$120 y al pasar a USD$12.000 multiplicaron por 100 su posición. No falta quien crea que para lograr eso se necesitaban los USD$11 milones iniciales, sin embargo, muchos invierten esos montos, y más en otros sectores  sin lograr esos retornos. Los Winklevoss siempre han estado activos en la búsqueda de retornos espectaculares por eso precisamente es que estuvieron buscando a alguien como Zuckerberg para su prototipo de red social, entienden la importancia de que las inversiones disruptivas maduren a su nivel potencial y sobre todo se mantienen liderando iniciativas para apoyar ese desarrollo potencial de su inversión, por lo mismo también fueron los que presentaron una de las primeras iniciativas de ETF en Bitcoin. Estar al frente del desarrollo del mercado de bitcoins les dio la claridad y por lo tanto la convicción para sostener su posición inicial.

Ahora bien el malentendido es que la gente habla de invertir en la especie, en el sector, pero se les olvida que tan importante es el caballo como el jockey, y en muchos mercados, especialmente los innovadores, el jockey es mucho más relevante. Con Juan Felipe venimos revisando proyectos en el sector agroindustrial, yo he aprendido mucho porque aprovecho que él viene trabajando en estos mercados un poco más de una década, no cuento el «poco más» por mantener la relación en sus justas y afectuosas vanidades. En el sector agroindustrial pasan cosas similiares, uno de los productos que tiene mucho futuro es el arándano, nos cruzamos con sus posibilidades revisando otros temas, y es muy probable que se vuelva una buzz word en un par de años, con justa razón, como con el bitcoin, tiene caracteristicas técnicas y financieras muy atractivas. Sin embargo no es lo mismo invertir en arándanos que, por ejemplo, en Hortifrut.

Cada mercado tiene unos líderes que han estimulado su evolución, pagaron el costo de ver antes de tiempo lo que para los demás no era evidente y asumieron los desafios de coordinar talentos y recursos para materializar el potencial, en el caso de los arándanos Hortifrut es uno de esos líderes que ha impulsado el crecimiento del consumo a nivel global. Se puede afirmar con arándanos lo mismo que con bitcoins: muchos harán dinero pero solamente algunos harán fortunas. La inversión per se no garantiza la rentabilidad, es el inversionista el que tiene que tomar decisiones para que se logren, especialmente si sopla el viento a favor porque es justamente ahí cuando se confunde, como dice Rick Rule, buenos tiempos con buen cerebro.

Para terminar de insistir en este punto antes de explicar algo más en concreto sobre SurBtc, una de las distorsiones del mercantilismo es pensar que la riqueza es producto del recurso en particular, que es el petroleo, el oro o el cobre, por ejemplo, lo que hace rico a alguien, o el bitcoin, o el arandano. Sin embargo como demuestra trágicamente el caso de PDVSA se puede nadar en petroleo y generar una fracaso empresarial. O como también se ve en la hostilidad a los proyectos mineros, los demagogos hacen creer que la sola existencia del mineral es garantía de leche y miel para aquellos que puedan obtenerlo. Todo el mundo produce petroleo a USD$100 el barril, solamente los buenos proyectos pueden hacerlo a USD$50 y las excepcionales a menos.

Marin Katusa lo refleja muy bien al decir: «I don’t cheer for Sports Teams, I cheer form Management Teams». Mucha gente se divierte con el fútbol, muchos viven profesionalmente del fútbol, muchos hacen dinero con el fútbol, pero solamente unos cuantos son estrellas multimillonarias de fútbol. Pasa en cada mercado, en cada sector, especialmente al inicio, mucha gente se divierte pero no todos van por el campeonato. Es ahí dónde empieza a tener sentido la afirmación sobre que es mejor haber invertido en SurBtc en el 2016 que en bitcoins. De hecho es casi como decir que es mejor haber invertido en Amazon que en tiendas online.

Cuando la gente compra o vende bitcoins poco se detiene a pensar en la inmensa cantidad de talento y recursos que hay detrás de esas operaciones tan «sencillas». Desde los diseñadores que facilitan que las transacciones e instrucciones sean tan intuitivas que todo se pueda hacer con «un click» hasta los abogados que tienen que resolver preguntas de los diferentes tipos de reguladores y plantear sugerencias de asimilación institucional frente al cambio tecnológico. Y en el medio empresarios, emprendedores, gerentes,  coordinando el presente, el pasado y sobre todo el futuro de cara a los resultados y las expectativas de inversionistas, equipos, proveedores y el público en general. Satoshi Nakamoto se «inventó» conceptualmente el bitcoin pero el mercado de bitcoins ha sido obra de muchos Winklevoss. De aquellos que no solamente quieren hacer dinero sino hacer fortunas.

Los de Surbtc están en esa tarea descomunal, quizás este texto ya está suficientemente largo para dar detalles sobre ellos, faltandome muchos, por supuesto,  apenas con lo que yo he podido desde cierta distancia ir validando, sin embargo el punto principal creo haberlo dejado bastante claro: muchos harán dinero con las criptomonedas pero algunos harán fortunas. La opinión pública se quedó con el recuerdo del pinchazo de la burbuja de «las punto com» sin embargo no ha terminado de asimilar el hecho que detrás de esa «burbuja» se cultivaron nuevos liderazgos financieros a partir de impresionantes empresas «punto com», el centro de gravedad de los mercados de capitales se movió bastante de Wall Street a Sillicon Valley. Del Atlántico al Pacifico…. y en medio de eso está Surbtc. No por nada el fundador principal es un chileno, Guillermo Torrealba, quien en la primera conversación me comentó que Alejandro Beltrán, el CEO Colombia, andaba en esas fechas en California, y que el tercer país al que expandirían sus operaciones sería Perú. Claridades, convicciones y ejecución… detalles. Quizás comente un poco más de esos detalles en otra oportunidad, sin embargo que el 2018 los trate mejor que en el 2017… ya hablaremos en el 2020.. cuándo se cumplan cuatro años de haberlos conocido.

 

Bajan las tasas, suben las matriculas… ¿anuncios del ciclo?

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 Por Jorge Eduardo Castro Corvalán

Y las tasas bajan

Me encanta twitter pero a veces me demoro un par de semanas en retomarlo, y bueno las últimas semanas han estado relativamente ocupadas con la Primera Jornada de Finanzas Personales y todas las actividades que de ella se han desprendido, un «upgrade» de lo que veníamos trabajando desde este blog y otros escenarios, por eso cuando me di permiso para «descansar» chismoseando twitter me impresionó un comentario de Jorge Restrepo, Director de Cerac y profesor asociado de economía de la Javeriana:

¿Desde cuándo una reducción de tasa de interés es buena noticia? … Una reducción de tasa de interés es una señal precisamente de que no hay buenas noticias, en el intervencionismo monetario que se vive si algo se tiene de consenso es que el intervencionismo, especialmente la disminución del tipo de interés de referencia de los bancos centrales, ocurre precisamente cuando la economía va mal… Y que se haga de manera sorpresiva muestra que la realidad es incluso peor de lo que se esperaba.

O dicho de otra manera, con la bajada sorpresiva de las tasas de interés están confirmando un escenario desastroso que quieren esconder con endeudamiento.

No falta quien quiera ser diplomático y diga:

Pero es que no es un tema de difícil interpretación, es marrulla pura y dura. No es la técnica económica la que importa sino la técnica electoral.

Y no es de extrañar la intromisión de la técnica electoral dado que el entrenamiento profesional de los economistas especialmente en Colombia es de ser auxiliadores de los politicos, por eso no falta el que ayuda con algo de cobertura retórica:

¿Qué es eso de qué el consumo de los hogares se demore en arrancar? Lo primero obviamente es pensar qué es lo que ha detenido ese «arranque», es claro que los hogares quieren consumir más, pero entre impuestos e inflación se ha consumido capacidad de inversión y gasto tanto de hogares como de empresas.

¿Aqui la pregunta no es por qué no arranca sino por qué se sigue frenando?… y con todo y que esa pregunta pone en una situación de técnica electoral muy dificil al jefe político del gerente del banco de la república, lo cierto es que incluso en esa jerigonza de «demorarse en arrancar» lo que se muestra es una realidad económicamente estancada. No avanza lo que esta quieto… o peor aún… cayendo.

Hay que decirlo sin anestesia: si las tasas bajan, sorpresivamente, es una mala noticia… muy mala noticia.

Y las matriculas suben

Otra señal clara de que los tiempos son malos es la protesta por la matrícula en Los Andes. A mi las personas me preguntan por estas protestas por dos razones, unos porque saben que soy de Los Andes y otros porque saben que participé en la protesta de 1997. Incluso digamoslo de entrada para asumir responsabilidades, fui elegido como negociador principal en esa protesta, así que obviamente cada vez que alguien dice que no se consiguió nada me involucra directamente, lo tomo de manera personal, no porque fuera responsabilidad exclusiva mía sino porque asumir el liderazgo en alguna actividad implica integrarse con ella en sus luces y en sus sombras.

Y más allá del juicio sobre lo que se hizo mal o bien en ese momento, o sobre las miles de horas reflexionadas después sobre el sistema de financiamiento de la educación superior de calidad, lo que he venido repensando con más cuidado es el contexto general en el que se dan esas protestas. Más allá del arreglo institucional interno: participación estudiantil – administración universitaria, o del financiamiento: créditos blandos, declaración de renta o subsidio a la demanda, lo que he venido madurando ha sido una línea sobre como el debate de precios en Los Andes expresa el debilitamiento de la economía, de lo que ha sucedido y las expectativas de lo que puede suceder.

Por un lado el alza acusa el efecto agregado de varios años de subidas, tanto en 1997 como en 2017 la inflación de los años anteriores impactó en el nivel nominal de las matriculas. Hoy parece increible pensar que nuestra propuesta más radical hace 20 años es que la matrícula subiera «apenas» la inflación es decir 18%, una cultura de indexación de precios muy asimilada en toda la sociedad, una resignación cuasireligiosa a la subida «inexorable» de los precios. Ahora no estamos en los mismos niveles de dos digitos pero es claro el incumplimiento en los últimos años de la «meta» de inflación por parte del Banco de la República, que se asume también con la misma resignación cuasireligiosa de impotencia monetaria.

Mezclado por supuesto ese acumulado inflacionario con el corolario del mayor endeudamiento de los hogares para contener la disminución del poder adquisitivo y por lo tanto la disminución de calidad de vida. Un endeudamiento que se asume temporal pero que poco a poco va tornandose en narrativa sobre el futuro impactando sobre la percepción de valor real de la educación superior. ¿Vale la pena pagar esas matrículas si las perspectivas laborales del pais no son las mejores?

El reciente pasado inflacionario se une al futuro cercano recesivo para crear una situación de desconfianza frente al valor de la que se percibe como la mejor oferta educativa.  Sin inflación reciente y con expectativas de crecimiento en la economía las alzas en las matrículas no tendrían protestas, la tasa de descuento de un mejor futuro permitiría asumir el desafio financiero.

La protesta por la matrícula en Los Andes es una mala señal, no solamente para Los Andes, o la educación superior, ya se dio en 1997 y los años que siguieron fueron muy , muy malos para la economía en general.

La «ñapa» de Sergio Clavijo

Y por si fuera poco quien mejor ha venido alertando sobre el ciclo, Sergio Clavijo, ahora además abre el debate sobre los instrumentos de renegociación credicita frente a un eventual «deterioro de la cartera».

«…a medida que la liquidez global inicia su contracción y la tasa repo del Fed se perfila hacia un 2.5% al cierre de 2018, la tensión financiera se irá sintiendo con mayor profundidad. «

Y directamente con contundencia:

«Durante 2016-2018, el sector financiero colombiano enfrentará grandes desafíos por cuenta de: i) una desaceleración del PIB-real hacia un crecimiento potencial de solo un 3% anual vs. un histórico del 4.5% (ver  Informe Semanal No. 1384 de octubre de 2017); ii) aumento del desempleo (hacia un 9.4% en promedio anual en 2017-2018), especialmente en las zonas urbanas (donde ha estado promediando un preocupante 11%), las cuales concentran el grueso de la exposición de la cartera; y iii) deterioro de la calidad de la cartera a niveles del 4.5%, pero que al añadirle los castigos alcanza un 8.6%, no muy diferen- te del pico que se tuvo en la crisis de Lehman de 2008-2009.

O de manera gráfica:

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No es 1997 es 2017 pero las señales están y es mejor no esperar «sorpresas» del Banco de la República intentando ocultar lo que es demasiado evidente. A los economistas en el gobierno les gusta pensar que está vez será diferente, que los ciclos no existen y que si algo mala pasa nos pueden pedir resignación sin exigir responsabilidades.  No esta vez.

 

La actual debilidad de la economía en Colombia, la probable perdida de la calificación del grado de inversión, no se deben a la caída del precio del petróleo!

romulo-machu-pichu-2Por: RÓMULO TORRADO VILLAMIZAR

La actual debilidad de la economía de Colombia y la probable pérdida de la calificación del grado de inversión, no se deben a la caída del precio del petróleo, es por una planeación patrimonial inadecuada, en la que primó el populismo de un gobierno que ignoró las advertencias y pensó en el corto plazo, en cómo seguir gastando en mermelada -Gran parte de la cual  puede estar asociada a corrupción, como lo muestra el caso de que los dos senadores más votados del partido de la U, que apoyaron la reelección presidencial, entre otros parlamentarios que también han sido identificados por los medios como beneficiados de los cupos indicativos, la llamada mermelada, hayan sido señalados por la Fiscalía General de la Nación por ser presuntos responsables de actos de corrupción durante este gobierno, por la adición de la vía Ocaña Gamarra-, y no en el futuro del país.

Teniendo en cuenta la situación en estos días se ha vuelto común hablar de lo delicada que está la economía, de la posible pérdida de calificación a pesar de la pasada reforma tributaria del año 2016, de la falta de crecimiento de la economía, y la caída del consumo de algunos productos como muestran los resultados empresariales, de empresas como Bavaria, que han disminuido sus ventas, para lo cual se vuelve a usar la justificación de que el tema se debe a la caída de los precios del petróleo, lo que no es cierto.

La caída de los precios del petróleo si bien es cierta, no es el causante de los males, el causante de todos los males es la mala planeación patrimonial del gobierno que ignoró las advertencias. Recordemos:

El gobierno estaba advertido por muchos de la existencia de una enfermedad holandesa –la dependencia de un producto de exportación, que distorsionó el correcto funcionamiento de la economía y afectó el desempeño de otros sectores y productos de exportación-, pero la negó, afirmando reiteradamente que teníamos una economía blindada No obstante, ahora ante la crueldad de los hechos que muestran que la economía no estaba blindada como predicaba, el gobierno se justifica argumentando que todos los males se deben a la caída de los precios del petróleo, es decir a la existencia de una enfermedad holandesa –que ha negado reiteradamente– ya que somos dependientes de los precios de un único producto de exportación, el petróleo.

A pesar de estar advertido y conocer que los precios del petróleo estaban históricamente altos, el gobierno prefirió ignorar las advertencias, NO ahorró, NO disminuyó la deuda externa, al contrario la aumentó –la deuda externa pública está cerca de unos 72 billones de dólares, cuando a inicios de este gobierno era cercana a los 40 billones, es decir un aumento del 80% en dólares, en pesos la diferencia es muy superior teniendo en cuenta la diferencia cambiaria– haciéndonos más vulnerables a la caída del precio del principal producto de exportación, más dependientes de los precios del petróleo, en un momento en el que se preveía una subida de las tasas de interés por parte de la FED, Reserva Federal de los Estados Unidos, su Banco Central, lo que hacía previsible un aumento del dólar, como en efecto ha sucedido, lo que lleva a que la carga de esta deuda externa sea más pesada para nuestra economía.

De la misma forma el gobierno ignoró las advertencias sobre: i) un gasto excesivo, en particular en la llamada mermelada -que como señalamos algunas veces está vinculada a la corrupción- el que debía ser reducido; ii) la necesidad de una reforma pensional al régimen de prima media con prestación definida que genera un déficit de billones cada año, que el gobierno ha reconocido pero no ha introducido; y iii) las consecuencias negativas de las reformas tributarias introducidas, la de 2014 que afectó la inversión, la castigó, al castigar el patrimonio – lo que tiene un efecto perverso sobre la competitividad y la industrialización en una economía abierta-; y la del 2016 que castigó el consumo, lo que se ha sentido en la economía.

Parecería que este gobierno no pensó en el futuro del país, no tuvo sentido de Estado, sencillamente miró como terminar su mandato, manteniendo su gasto en mermelada –algunas veces asociada a corrupción y a votación, recordemos que hemos señalado el hecho que  los principales beneficiarios de los cupos indicativos, mermelada, fueron quienes consiguieron importantes sumas de votos para la reelección de este gobierno, según los medios, están señalados por la fiscalía de haber participado en actos de corrupción- sin realizar recortes.

Mantuvo déficits estructurales existentes, que benefician a las personas de mayores ingresos, a quienes no quiso afectar  como es el caso de los beneficiarios de las pensiones de altos ingresos del régimen de prima media con prestación definida –entre los beneficiarios de las pensiones de 25 salarios mínimos están políticos, congresistas y sus familiares-, que expertos lo han calificado como el Robin Hood al revés, ya que le quita a los pobres para financiar a los ricos. Sistema que estudios del mismo gobierno han determinado ayudan a incrementar la desigualdad.

Es decir, no realizó cambios que mejoraran las condiciones del país a mediano y largo plazo, lo que de por si empeoró las perspectivas ya que los déficits y la deuda han ido en aumento, tanto nominal como porcentual, aumentando en varios billones de dólares y como porcentaje del PIB durante este gobierno.

La reforma tributaria del 2016, no fue estructural como se anunciaba,  no buscó hacer viable económicamente al país en el mediano y largo plazo, ni mejorar los índices de equidad, la distribución de la riqueza, como lo muestra el haber ignorado las recomendaciones de la comisión que el mismo gobierno convocó, con excepción de lo relativo al aumento del iva para recaudar siete billones, mientras que mantenía los subsidios a las altas pensiones del régimen deficitario de prima media con prestación definida que se van al 20% más rico de la población, que el gobierno no modificó, según algunos analistas nos cuesta doce billones al año. Lo que muestra que lo que buscaba era mantener un gasto burocrático, sacrificando el consumo privado.

Argumentó el gobierno el año pasado que con la reforma tributaria garantizaba se pudiera ejecutar el presupuesto aprobado, sin colocar en riesgo la calificación crediticia,  y luego procedió este año a presentar y aprobar una  adición al presupuesto aprobado en un monto superior a los ocho billones, suma superior a lo que se supone va a recaudar la reforma este año, es decir aumentó el riesgo de perdida de calificación crediticia, perdiendo el efecto de la reforma, que tanto a golpeado el bolsillo de los colombianos.

Con la reforma no buscó corregir errores de planeación patrimonial,  buscó cómo ganar tiempo para que la posible disminución de la calificación crediticia -culpa de las acciones y omisiones de este gobierno – le cayera al siguiente gobierno, de la misma manera que lo hizo al aumentar el endeudamiento externo pero asegurándose que el vencimiento de los mismos, los principales pagos de capital e interés, la amortización de la deuda, no se diera en este gobierno, así los próximos gobiernos serán quienes tendrán que ver de dónde sacan los recursos para pagar por la deuda que este gobierno se gastó en mermelada, burocracia –la inversión con recursos públicos no se destacó; si acaso Reficar y Bioenergy, filiales de Ecopetrol, que están en medio de escándalos por malos manejos-, para tratar de lavarse las manos.

La situación no ha sido más complicada gracias a que las grandes economías, la FED, el Banco Central, la Reserva Federal de los Estados Unidos no cumplió con el ciclo de aumento de tasas de interés esperado en razón de las particularidades de la economía americana.

No obstante, esto solo nos compró tiempo, tiempo que no se ha aprovechado para realizar las reformas necesarias, que debemos implementar más temprano que tarde, ya que entre más tarde serán más dolorosas.  No podemos seguir dependiendo de la suerte, de las actuaciones de los otros para garantizar nuestro futuro.

Por lo tanto, es claro que la responsabilidad de la situación económica no es de la caída de los precios del petróleo, que era un hecho esperado y advertido, si no de los errores de planeación de un gobierno que no quiso escuchar las advertencias realizadas desde diversos frentes, ni realizar las reformas necesarias que el mismo gobierno reconoció necesitaba el país, es decir se negó a actuar responsablemente pensando en el futuro del país. Gobierno que, gracias a Dios, ha contado con la suerte de que las tasas de interés internacionales no hayan subido todavía.

Esta actitud irresponsable tiene altas posibilidades de consecuencias serias adicionales en el futuro, ya que ha habido advertencias sobre posibles rebajas a la calificación crediticia -lo que aumentaría los costos de financiación de la economía, de los agentes públicos y privados-. Las medidas de choque que se tengan que presentar para enfrentarlas –las que espero sean coherentes con una visión de mediano y largo plazo-, independientemente se den durante este gobierno o el siguiente serán responsabilidad de este gobierno, que decidió ignorar las advertencias y no hacer nada para corregir déficits billonarios estructurales –como el régimen de prima media con prestación definida, que crecen año a año, a cuyos mayores beneficiarios, las pensiones de altos ingresos, entre quienes se destacan políticos y sus familiares, ni siquiera quiso que tributaran a pesar de su capacidad económica, a diferencia del resto de colombianos, entre quienes se encuentran las personas de más bajos ingresos a quienes aumentó el iva, afectando la capacidad adquisitiva de las personas de más bajos ingresos y el consumo en general.

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Riesgos tontos, malos y buenos en el sector bancario.

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 Jorge Eduardo Castro Corvalán

No hay nada más tonto, aunque quizás la palabra adecuada debiera ser más fuerte, que intentar bajar las tasas de interés por razones de usura. Tonto porque finalmente nadie está obligado a pedir prestado o a prestar a una tasa que no  le conviene. Legalmente pueden intentar tener un techo para la tasa pero lo cierto es que eso implica que se otorgarían muchos menos créditos. Cada entidad revisaría sus  políticas administrativas, sus cuotas comerciales, para finalmente hacerle operación «tortuga» a los créditos que no les interesan…. a menos que con algún tipo de subsidio, «apoyo», «incentivo» se vuelvan interesantes. Y obviamente para aquellos que en esa dinámica «tortuga» no puedan acceder a los créditos que necesitan desde el mundo formal, terminarían cayendo en dinámicas más informales de préstamos.

Por todo lo anterior es que es tonto dar el debate de las tasas de usura, y sin embargo, ese es el debate que se ha venido dando en torno al sistema financiero en este último mes. Así como en Junio el tema para debatir fueron las criptomonedas aunque lo estructural era la debilidad del sector bancario y su relación con dinámicas de corrupción tal como lo demostró la Contraloría General.

Afortunadamente en medio de esos debates que ocultan más de lo que aclaran de vez en cuando aparecen voces señalando temas fundamentales y que son muy importantes, por ejemplo para revisar con detalle la columna de Sergio Clavijo de ANIF. En su texto Clavijo señala un riesgo malo que evidentemente es malo para el sector financiero pero en general para la economía, y un riesgo que él considera malo, pero que a mi me parece es un riesgo muy bueno por las transformaciones estructurales que puede generar y que efectivamente se podría materializar.

El riesgo malo, de hecho es muy malo:

«…los hogares ya muestran una saturación en materia crediticia, donde la suma de apalancamiento de consumo + hipotecas representa cerca de 40% de su ingreso disponible (pico histórico tan solo comparable al período 1995-1997, cuando había llegado a 36%).»

Y como si no fuera suficiente lo que escribe le añade la gráfica:
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Obviamente en la gráfica se nota mucho más lo grave que es!!!

En este contexto la propuesta de bajar la tasa de usura para incentivar el endeudamiento en consumo es precisamente todo lo contrario a lo que los hogares necesitarían. El riesgo es malo y es delicado. La vulnerabilidad de los hogares a un shock financiero global intensificado por la debilidad bancaria interna es muy significativa.

Sin embargo, lo otro que señaló Clavijo efectivamente es un riesgo bueno:

» Resultaría muy peligroso que el BR corriera el riesgo de perder por cuarto año consecutivo (2015, 2016, 2017 y 2018) la meta de inflación “baja y estable” que él mismo había fijado de 2010 en adelante en 3% anual.»

Obviamente para la confiabilidad del sector bancario basado en moneda estatal el que pierda credibilidad el Banco de la República es peligroso, «muy peligroso», en Colombia se ha convivido y soportado inflaciones mayores, por eso el tema más que la inflación es la credibilidad del modelo que se basa en la credibilidad del ente planificador. Sin embargo, eso es lo que es bueno de lo que está sucediendo, empieza a cuestionarse primero la habilidad del actual equipo directivo del Banco de la República,  para ir poco a poco empezando a revisar la verdadera utilidad… o inutilidad de dicha institución.

Si se supone que el Banco de la República está para controlar la inflación y no lo hace ¿entonces para qué estaría?. Podrá decirse que es un tema coyuntural pero un cuarto año no es coyuntura… eso es todo un mandato presidencial.

Y podrá decirse que en el pasado si se cumplió la meta, ¿pero la inflación baja de los años anteriores sería realmente por algo que hizo o por un fenomeno externo que se habría dado incluso de no existir el peso colombiano?

El tema no es menor porque en 1997 con un grado de apalancamiento similar en los hogares las medidas que asumió el Banco de la República para intentar controlar lo que era incapaz de controlar generaron una de las mayores tragedias patrimoniales de la historia del país…

La próxima vez, si se da, lo bueno es que quizás podamos eliminar el peso colombiano, lo malo es que precisamente si se da es porque la lección de lo peligroso que es el monopolio monetario estatal será a costa del sudor y la ilusión de muchas familias.

Bajar los aportes a salud del 12% al 4% a los pensionados es populismo. No soluciona el problema de fondo, al contrario, lo agrava.

romulo-machu-pichu-2Por: RÓMULO TORRADO VILLAMIZAR

En estos días se ha hablado del proyecto de ley que baja los aportes a salud de los pensionados del 12% al 4%, el cual tiene la oposición del gobierno a pesar de haber sido promesa de campaña. Esta oposición se basa en el conocimiento por parte del gobierno que su promesa de campaña fue irresponsable, populismo para lograr unos votos, populismo que no soluciona el problema, lo agrava, entre otras en la falta de recursos para suplir esos aportes al sistema general de salud.

Sistema de salud que a pesar de tener una mayor cobertura  que al anterior sistema cuya cobertura era escasa, es costoso e ineficiente. Como lo muestra no solo el servicio, si no las deudas que tiene el sistema con las IPS las cuales tiene a más de una a punto de cerrar. Razón por la cual retirarle recursos al mismo solo ayudaría a empeorar el problema de la atención, problema que padecen particularmente los pensionados que por razones de su edad necesitan una mayor cobertura en salud.

Por lo que considero que la propuesta de bajar los aportes de los pensionados es puro populismo, ya que pone en riesgo la cobertura en salud no solo de los pensionados, de todos los usuarios al sistema de salud, y de la nación en general al afectar sus finanzas.

Si lo que se desea es fortalecer el sistema de seguridad social en general, salud y pensiones, lo que se debe hacer es atacar la informalidad que cuesta billones, por dos lados: i) por los servicios que se dan a personas que no cotizan al régimen contributivo a pesar de tener ingresos, lo que genera costos; y, ii) por los ingresos que se dejan de recibir el sistema por la falta de cotizaciones.

Lamentablemente es el gobierno quien muchas veces fomenta esta informalidad, como lo muestra el hecho de que en muchas regiones de Colombia, en particular en los pueblos pequeños, las personas se niegan a firmar un contrato de trabajo, formalizar su relación laboral, en razón de que son beneficiarios de subsidios del gobierno. Subsidios que lamentablemente son usados no pocas veces  para defraudar al estado, corrupción y compra de votos.

Por lo anterior, considero que para atacar esta informalidad, proteger a los pensionados, el sistema de salud en particular, y el país en general, se debe acabar programas de subsidios que fomentan la informalidad,  cambiarlos, por subsidios que incentiven a las personas para que se formalicen, o no otorgar subsidio.

Debemos recordar que las propuestas populistas por muy bonitas que sean, algún día se deben pagar.

El populismo sea de izquierda o derecha, es sumamente peligroso y puede acabar con países, sin importar sus recursos, como lo muestra tristemente el ejemplo de Venezuela, un país rico en recursos, que tenía un buen nivel de vida, y lamentablemente cayo en las tentaciones del populismo, las promesas fáciles de hacer pero imposibles de cumplir, en particular en el largo plazo, y ahora está viendo las consecuencias, un sistema de salud colapsado, en el cual no se encuentran los más elementales medicamentos. Entre múltiples razones por los subsidios del gobierno a la tasa de cambio que incentivan actos de corrupción con dineros que se debían destinar a la compra de medicamentes y alimentos, alimentos que tampoco se consiguen, lo que está costando la salud y vida de miles de venezolanos.

Las victimas mortales del populismo en Venezuela no son solo las que han muerto por ataques violentos en las marchas, son todos los que han muerto a diario, por un populismo que les ha destruido el acceso a los elementos esenciales para su subsistencia.

Espero el trágico ejemplo de Venezuela sea tenido en cuenta a la hora de analizar el voto y las promesas de los candidatos, independientemente si dicen ser de derecha o izquierda, izquierda o derecha. Lo que tenemos que analizar es si sus propuestas son realizables, financiables a largo plazo y cuál es el costo de las mismas, sus consecuencias, sus efectos secundarios.

Por este análisis es que me opongo a la propuesta de bajar la cotización de los pensionados, ya que la considero simple populismo. Populismo que no soluciona el problema, por el contrario lo agrava.

Si se desea bajar el costo de la cotizaciones, lo que se debe hacer es incentivar la formalidad, lo que incrementa los recursos del sistema. En un futuro cuando este financiado, si llega a ver excedentes, puede permitir bajar la cotización de todos sin colocar en riesgo el sistema de salud en general, las finanzas públicas en particular.

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